VIAJE A LAS ESTRELLASVíctor Raúl y el mes de la fraternidad
Por: Fernando Calle Hayén (*)
“Hasta que nuestros cuerpos se conviertan en polvo en
viaje hacia las estrellas”
La
avenida de los pañuelos blancos como suelen llamarle a la Avenida Alfonso
Ugarte, lugar de concentración tradicional,
de ratificación de fe en el ideario aprista, ha servido en muchas oportunidades
de escenario para la demostración de efecto y cariño multitudinario para con Víctor
Raúl: renovado permanentemente por sucesivas generaciones que anhelamos y
mantenemos vivas nuestras esperanzas de vivir bajo un sistema de justicia
social con las mas amplias libertades, por ello la fraternidad es con todos los
peruanos y hoy mas que nunca y como siempre solidarios.
En
este mes de la fraternidad, los apristas debemos preguntarnos: ¿somos
consecuentes en el Homenaje, cuando observando como disminuye la multitudinaria
fuerza del Aprismo y sabiendo todos sus razones, no hacemos prontamente en
conjunto nada, para restituirlo y reintegrarlo al camino de la Gran Transformación?
Creo que todos debemos actuar de inmediato como lo hacemos a veces unilateralmente,
para que nuestro partido vuelva a encontrarse con la seguridad de nuestra
fraternidad y solvencia moral que siempre nos acompañó; pero para ello, debemos
agotar todos nuestros esfuerzos para propiciar y concretar la actitud y la
conducta que por tanto tiempo reclaman los miles de mártires que tuvo la causa
del Aprismo y las decenas de jóvenes que sin conocer a lo mejor qué es el Apra,
han generado un “anti” por una publicidad bien llevada contra el Partido del Pueblo.
Es
el mes de la fraternidad y hoy más que nunca ante el intento del neoliberalismo
a ultranza de apoderarse del tiempo en Indoamérica por sus reveses y cambios,
las ideas y principios del Partido del Pueblo son de esperanza y de cambio; por
eso es importante para un partido como el Apra, y especialmente para sus
militantes, el reflexionar sobre el sacrificio de millares de peruanos, que por
décadas entregaron sus vidas y esperanzas a causa del aprismo, que por décadas
fue la causa de las mayorías y la esperanza por una verdadera revolución moral.
¿Merece hoy en 1998, en pleno homenaje al onomástico de Haya de la Torre, que
la actitud del partido siga en línea y situación en que se encuentra? Para
insurgir contra la violencia y la autocracia apoyada por rezagos de un
militarismo decadente, los apristas tenemos la obligación de estar limpios y
demostrarlos. No olvidemos que alguien que iba a morir por la causa del aprismo
dijo: “los muertos también esperan”.
(*).
Diario La República. 21 de febrero de 1998.
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