sábado, 31 de octubre de 2015

FORTUNATO JARA RONDON

Homenaje a un sindicalista de raza

Un hasta luego a Fortunato Jara

Por: Javier Barreda Jara
FORTUNATO JARA 
   El APRA se ha hecho carne y espíritu en miles de miles de hombres, en cientos de cientos de familias que se entregaron a un ideal de intenso lenguaje de evangelización política. Desde afortunados, clases medias lúcidas y románticas, y familias de brazos y músculos humildes y populares se incorporaron a este proyecto social que sacudió al Estado Oligárquico e impregnó a la política peruana de rasgos imborrables. Haya de la Torre fue un destello vigoroso de esperanza colectiva en un Perú adolescente y casi mesiánico. Fortunato Jara Rondón fue parte de este proyecto colectivo, desde los 13 años trabajó en la fábrica de tejidos Inca, donde conoció a Arturo Sabroso, Guerrero Quimper y Fonken, entonces de ideales anarquistas y eran formadores de obreros. En el año 25 se trasladó al transporte público y en 1930 funda el Sindicato Único de Choferes de Servicios Público de Lima. Por primera vez ve en la Plaza de Acho al líder del APRA en su moderna propuesta de 1931. Se afilia al Sector 8vo de Lince. En 1937 se funda la cooperativa de consumo de dicho sindicato. Fortunato Jara comenzaba sus labores como chofer de transporte público y ya dirigente se incorporaría al Partido Aprista Peruano.
   No sólo Haya lo había cautivado en su discurso social. El entorno hayista obrero e intelectual eran un complemento extraordinario a este hombre que después de la caída de Leguía había retornado –como lo había anunciado él en 1923 desde la Isla San Lorenzo- “para realizar la gran transformación”. En 1933 Fortunato Jara ya era dirigente del Sindicato de Choferes y Anexos de Lima y era uno de los principales enlaces de comunicación en la llamada Gran Clandestinidad. Ya había raptado a su leal esposa Rafaela y tenía dos hijos. En 1936 junto a Armando Villanueva, Biaggio Arbulú, Víctor Tantaleán, asaltarían Radio Sucre y transmitirían durante cuatro minutos un mensaje del Aprismo al país. Villanueva lo relata en su reciente e inagotable libro con Thorndike. El APRA en la clandestinidad prohibida de presentarse en aquellas elecciones convocadas por Benavides, había impulsado la candidatura de Eguiguren a la Presidencia, mediante el Partido Social Demócrata. Jara fue candidato a diputado, electo, y en medio de la oscuridad, con lámpara en mano, él mismo cuidaba las ánforas en el Jurado de Elecciones y las elecciones fueron anuladas por el mismo Benavides.
Transporte Público de Lima
    Desde 1939 a 1948 fue Secretario Nacional de Sindicatos del PAP. El 01 de Mayo de 1944 junto a Arturo Sabroso, Luis Negreiros, Juan Guerrero Quimper y el dirigente comunista funda la Confederación de Trabajadores del Perú. Jara en la línea de Sabroso siempre advertía de la necesidad de separar la acción y lógica estrictamente partidaria del movimiento sindical democrático. En Jara como en otros dirigentes sindicales apristas existía esa nítida separación, y que imaginamos no era fácil de mantener, entre la acción sindical con respecto al partido. Haya de la Torre mismo respetaba esta separación y a la vez complemento entre el sindicalismo y el partido. Fortunato Jara al año siguiente junto a Guerrero Quimper y Juan Sandoval (Textiles), Gumercindo Calderón (zapatero), Alfredo Santillán (peluquero) son los representantes obreros al Parlamento por el Frente Democrático que llevó a Bustamante a la presidencia. Tal vez fue ese el mejor momento del APRA en inserción social, cultural y política. Luis Alberto Sánchez, Carlos Manuel Cox, Nicanor Mujica, Javier Pulgar Vidal, Ricardo Temoche completaban esa representación parlamentaria aprista en la Cámara de Diputados. El APRA era casi todo el Perú creativo y reformista, libertario y revolucionario, pero también impaciente. En 1945 el APRA realizaría una histórica Asamblea Nacional de Sindicatos –ANDES que marcaría desde el partido una línea de reivindicación laboral en aquella democracia recuperada.
  La impaciencia insurgente nos llevó al impasse de Octubre del 48 y a la gran clandestinidad bajo el oprobio de Odría. Su único hijo varón a edad escolar preso en el Frontón. Jara fue juzgado por la Corte Marcial tras esta insurgencia por ser miembro de la Comisión de Política. Clandestino y Preso en el antiguo Panóptico. Alguna vez tomaron su casa de Guisse en Lince y los soplones no lo vieron a pesar de husmear por su lado, mientras que él fingía arreglar una máquina de coser. Nunca quiso ahondar demasiado sobre esos sucesos. Intuyo su escepticismo pero a la vez su respeto ante el intento insurgente juvenil. Sin embargo, siempre defendió el rol de Ramiro Prialé en esa coyuntura a quien admiró y quiso siempre, y a quien acompañó a visitar a Prado para tratar el tema de la legalización del Partido a fines del Ochenio. Decisión crítica pero necesaria, que tuvo un inmenso costo político.
Parlamento Nacional
    En 1963 fue nuevamente elegido diputado por Lima por las filas del Aprismo. Logró impulsar la Ley 16124 que otorgó a los choferes independientes, propietario o no del vehículo, prestación de salud y jubilación. El Perú ingresaba a un proceso intenso de modernización y migración, Lima se urbanizaba a la vez que se hacía andina y más rica, pujante y caótica. Su tercera hija partía a Estados Unidos. Velasco tomaba el poder en 1968 y Fortunato Jara volvía a trabajar en el taxi. Del Parlamento a su labor de siempre, con orgullo y en silencio. Alejado del partido; más cercano a su familia y más aún a su sindicato, que era desafiado por la propaganda velasquista y la labor de corrosión del movimiento sindical “clasista”. El sindicalismo libre y democrático que asumió la CTP era jaqueado desde la extrema “izquierda”; a la distancia esta propuesta era realista pero poco éxito podía tener en un contexto muy ideologizado y radicalizado desde el mismo Estado.
     Su vida dedicada al sindicato, al Partido, a la cooperativa de choferes, a la federación de los mismos que fundó en 1958. Ya en el descanso nunca dejaba de estar atento sobre lo que pasaba en la política y sobre nuestra formación académica e intelectual. En la Casa del Pueblo los viejos apristas referían de él y Haya recordaba con especial atención al forjador de la Agrupación de Choferes Apristas -ACHA. Era franco, tolerante y silencioso sobre mucho. Su aprismo era de una escondida melancolía con buenos recuerdos, preocupado sobre todo lo que podría pasar con los que venían. Nos transmitía con un tierno calor un realismo político que era siempre necesario. En 1978 su militancia leal y humilde la expresó como personero de la Mesa No 13473 de Lince, luego militaría en el Sector 19 de Pueblo Libre. A pesar de su buen humor, su mirada nunca dejó de ser triste desde que perdió en 1988 al amor de toda su vida: Rafaela Caldas. En 1999 el Comité Ejecutivo Nacional del Partido lo condecoró en la Aula Magna, junto a otros grandes apristas que construyeron el partido. Partió en viaje a las estrellas el 16 de Junio pasado, despedido por compañeros, amigos y por la alta dirección del partido que siempre amó y sufrió. Fortunato Jara es ya herencia colectiva de los cientos y miles de anónimos que desde todo el Perú construyeron esta intensa cruzada de hacer un país más digno y justo.
La Razón 06/07/2004

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